Existía una vez un hombre que tenía años de estar emparejado. Vivía, sobrevivía a veces, y el resto del tiempo compartía monotonías, cariño y compañía.
Existía una vez una mujer que tenía años de estar emparejada. Había dejado amigos y familia por ir tras él, sacrificaba lo que fuera por su compañía, soportaba fríos inhumanos, trabajos esclavos y una compañía agradable y a veces, cariñosa.
Existía una vez una vez otra mujer, ésta empezó a hacerse amiga del hombre, él le llamaba a diario, desde el extranjero. Cartas, regalos, llamadas, música.....tres meses de delirio...
Existía la mujer emparejada hace años que empezó a notarlo aún más distante, distraído..., y su perspicacia no la engañaba, él le dedicaba tiempo a ella, mucho tiempo....la engañaba al ocultarle que se comunicaba con ella, todo era la pura clandestinidad.
Existía la mujer ilusionada con el hombre juguetón.
El juguete se les rompió, a él su relación, a ella su razón de estar viviendo lejos de su tierra y sus allegados, a ella el corazón...
Qué cotidianeidad....
(extracto de una situación cualquiera, en un país cualquiera, relato de la esquina, comentado en la pulpería y olvidado bajo tequilas en cualquier cantina de la ciudad)
8 comentarios:
Nadie lo dijo como Serrat amiga.
Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio...
Saludos a deshora.
una cruda realidad...
volvere! auch...
a todos nos pasa alguna vez, y a los que no... pues engañad@s sean!
Triste relación en la que todos pierden. Saludos
Pasa, pero pasa como todo.
Como la ciruela: pasa.
retazo de una realidad
BSS
Querida hermanita...si las cosas se terminan, no hay arreglo. Pero es mejor que la costumbre...no? Besos. Te queremos siempre.
El tequila.... bendita medicina!
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