domingo, julio 22, 2007

Tangamandapio (parte 4)

De regreso a la capital él piensa en como a ella le gustará la historia de como la noche tropical se convirtió en luz tras 20 minutos seguidos de pólvora, qué ilusión...

El regreso fue más calmado, el grupo que se suponía es de amigos y además le acompañaría, seguía en su inhóspita personalidad y cuando después de un almuerzo eterno entre las pestañas de Tamarindo decidieron irse, tan solo le abrieron una de las ventanas de uno de los carros para decirle "diay comunista! viva el tlc!", gracias a su calcomanía que le había acompañado todo el trayecto al igual que su carro que mostraba más fidelidad que cualquier humano ahí presente.

Tan pronto los aceleradores iniciaban cumpliendo su función de hacer caminar las latas rodantes, todos se desaparecieron en las planicies de la pampa. Quedó él, sólo, pero con el corazcón acompañado de ilusión, hoy sería él quien llamaría, ella estaría ahí cerca, hasta un rótulo que decía Malpaís se encontró él en el camino, y esfuerzo monumental virar a la izquierda en vez de continuar.

Cuando pensaba iniciar el ascenso a las montañas que resguardan Macondo, decidió llamar, total hacía ya unas doce horas sin hablarle......y se detuvo, se salió de la carretera para no topar con la la posibilidad de que una montaña decidiera bloquearle la señal al celular que la traería hasta sus oídos, haría eco en sus neuronas y le terminaría de tostar cualquier vestigio de razón.

Le habló, le contó, ella escuchó, preguntó, se carcajeó y además tan solo dijo, "eso de la pólvora en el mar, uno de los sueños que tengo sin cumplir..."

4 comentarios:

Hugo dijo...

Lei las cuatro partes y me pareció todo muy interesante. Bien interpretada esa "contradiccion contradictoria" del sexo femenino...jaja.
Eso si, explicame mejor eso de la polvora en el mar. Como yo, veo que apelas al "continuará". Es necesario porque el escrito demasiado extenso no puede ser publicado y además, en mi caso, lo voy haciendo a medida que lo publico.
Te sugiero que sigas escribiendo cosas parecidas, de acuerdo a tu inspiración, me gusta.
Gracias por visitarme

Adrián Solís Rojas dijo...

Ahorita me siento tan idiota como el pelotudo de la historia.

-con la diferencia en que ni muerto hablo por teléfono, odio hablar por teléfono. jejeje-

Victor EM dijo...

100% identificado... repito... en fin esa capacidad de reflejarme!!!!!!!!

Cromatica dijo...

Uy me quede asi (oo) con los ojos cuadrados por no decir redondos del asombro!

Me gusto el relato mucho, la verdad sigue deleitandonos.

un abrazo