Aprendí que hay que retirarse antes de la baja
Superponerse a las olas de subida
Remar contra marea no lleva
Aclarar panoramas antes del horizonte
Masticar atardeceres con nueces
Perderse entre arenas efímeras y soeces
Que estando lejos se pierden perspectivas
En botes a la deriva solo se naufraga
Con manglares entre las piernas
Tráfico adentro entre caracoles
Sin luces de salida ni advertencia
Calcularle la escapatoria a las aguas
Que si las sirenas no existen...tú tampoco
7 comentarios:
Púchica! Que rico estar en la playa.
Qué poesía más inteligente.
Qué buen estilo tienes.
En Latinoamérica se habla el mejor español.... sin ninguna duda.
Os quiero. Me gustáis.
Besazos y abrazos de un español europeizado desde Inglaterra. MMMMUÁs.
que tal si además de la fantasía un cardumen de mariposas nos lleva a aguas mas lejanas?
No hay duda que es todo un mundo tu poesia!
Abrazos
Esa bestia inconforme con su tamaño, lunática, con tanta agua de lágrimas (dijo Salazar Herrera) y sus murmullos casi, casi de eucaristía, siempre me ha atraído.
Para chapotear, para nostalgeriar viendo un naufragio de sol, para pelearme con él y estar toda una noche luchando desde un asiento tirado en la arena.
Que belleza de poesía y qué final!!!!
me gustó tanto, tanto, tanto...sobre todo, porque a mí la palabra mar me revuelca...
Saludos!
Lamento decirte que sí existen las sirenas... ;-)
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