viernes, enero 19, 2007

Crisis parte alguna

Entre llamadas telefónicas, amigas positivas, mensajes sin responder o dolores que daban lecciones de vida por sí mismos empezó la mañana del miércoles.

Había escogido ese día de vacaciones, tenía 2 días pendientes que tenía que tomar pronto. Me levanté tarde, y me iba a bañar más tarde aún. Una vez chinga piringa frente a la puerta de la ducha, cuando una pierna ingresó al mojado suelo y la otra todavía se sostenia en tierra firme me empezó el dolor. La espalda, mucho dolor de espalda. Respirar dolía, del lado izquierdo, el pulmón me dije yo, y me austó ese dolor nuevo, que se estrenaba en mi memoria, que atacaba cada inhalación. Saqué rápidamente la pierna de la ducha y me puse un paño, era tanto el dolor que pensé en no salir dando gritos chinga (aunque claro que tampoco era insoportable pq sino un par de nalgas brincando por la casa hubieran sido realmente poco importantes). Empecé a reflexionar, la psicóloga que vive en mí empezo a sacar conclusiones. Un ataque de angustia? Estrés? Calma.....me dije, respire profundo, báñese, todo va a estar bien. Entonces tiré el paño y me metí en la ducha, aunque con dificultad para respirar.

Salí rápidamente....me vestí con ropa bastante cómoda y floja y me fui a que me revisaran. Tanto por un pedo encajado, pensé......y me revisaron, y me mandaron ultrasonido y empezó el infierno de Dante.

"Qué feo tiene el hígado señorita", me dijo el radiólogo sin tacto de ningún tipo más que el del aparato que operaba. "´Cómo feo?", le dije. "Pues realmente dañado, desagradable, pienso que tiene que estudiarlo inmediatamente, y además tiene piedras en la vesícula".

Empezaron las lágrimas, pensé que si tenía un hígado horrible la cosa estaba fututa, ya entonces sería una tragedia, y sé bien que hígado malo no implica vida larga necesariamente.

Tiene que internarse, me dijeron, y ya. Ni siquiera tiempo para ir a la casa, exámenes de sangre y demás. Pensé consultar con otro médico, por aquello de dos médicos ven (y cobran) más que uno. En síntesis me dijo, eso ni con un milagro te salvás de la cirugía, vayase rápido antes de que se le reviente la vesícula y sea un grave problema.

De ahí en adelante, más punzadas, vías mal y bien tomadas, susto, mucho susto.........

Más llanto, más temor ante la inminente biopsia que harían del hígado.

Una vez afuera, cerca de medianoche me dicen que no estaba el hígado tan mal, se evitaron hacer una biopsia innecesaria....tiene grasa eso es, además de estar afectado por tener la vesícula taponeada. Me sentí feliz, contenta, y pensé, una vez más el regalo de la salud!

Quiero darme besitos en el espejo todos los días.....

4 comentarios:

Julia Ardón dijo...

Eso es!!!

Adrián Solís Rojas dijo...

Adelante!!

Qué susto te debiste haber llevado, por dicha que los pronósticos hepático-alarmistas no lo fueron tanto.

PD: tenía tiempo de no oír un par de expresioncillas: "chinga piringa" y "la cosa estaba fututa". Me hicieron mucha gracia.

Unknown dijo...

JAJAJAJ

Pues si, hay términos que de repente salen del baúl de los recuerdos y son los mejores para graficar ciertas cosas!!!!!!!!!!

Aquí voy, un día a la vez.

eskaraboquio dijo...

Qué susto, yo soy alérgica a los doctores, hospitales y demás.
Me alegro que estés mejor.