jueves, julio 29, 2010

Una muela atrás



Una muela atrás pesaba algún gramo ad infinitum igual.

Hoy cuento con un "hueco" algo impreciso al "derrière" de mi boca, a la izquierda de mis dientes, a la derecha de alguna costilla, justo encima del corazón.

Tan imprevista como mi vida fue la partida de esa mi hoy cadáver de muela. Ayer desayunamos juntas, anoche la puse bajo la almohada por si el "ratón" se conmovía de mi edad y podía hacerle un "quiebre" a la premiación nocturna habitual.

De esa muela no recuerdo nada, ni cuándo llegó, ni lo usual que hubiera sido en mi la queja de mi primitivismo neandertal o la desolación que ha de sentir la única que hoy queda por ahí atrás.

Hoy cuento una muela menos, una cicatriz más, una advertencia de que muchas personas han muerto "de eso", proveniente de mi papá, un "collage" de remedios para aliviar, una lista de amistades que cada vez que algo sucede vuelven a remarcar presente sin fallar, y un abuelo que a los 90 ayer me decía, "mi hijita, si tiene algún antojo me dice, para llevárselo ya"!

Hay muelas que se sacan, y hay cosas que no tienen precio, desde ratones hasta abuelos...


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