jueves, agosto 31, 2006

Tarde lluviosa, humedad relativa 70%


La tarde se disipó entre vapores tropicales.

Las calles reflejando las entrañas de artefactos rodantes que de otra manera no pueden contemplarse a sí mismos.

Los vendedores de chile dulce se refugiaron en el alero y el señor de al lado limpia efusivamente el empaño de su parabrisas.

En el restaurante de costumbre está el mismo señor, con apariencia de jardinero pensionado. Cinco, seis, siete cervezas...cigarro tras cigarro. Todos los días está en la misma mesa, en la esquina, va pidiendo Pilsen tras Pilsen y los paquetes de Ticos los arruga sobre el cenicero. La camisa está abierta hasta el tercer botón, se observa un pecho curtido por el sol. La mirada es triste, el aspecto repelente. Ya para mediodía lleva seis, pero nunca se sabe a qué hora se va. Entre una y otra toma una sombrilla negra pequeña y un periódico que siempre está doblado sin leer, para ir al baño. Pasa entre las mesas sin mirar a nadie, y tampoco nadie le mira. Solo lo espera su cerveza y sus cigarros, y de compañía, su sombrilla.

Los pensamientos del señor son tan ajenos a mi como la salud dental del chofer de bus que ubica cuidadosamente sus monedas entre almohadas de espuma.

De todos quienes pasan, nadie me es familiar, todos me son ajenos. Ninguno sabe ni nombre, menos sé yo adonde viven.

Cuando amenaza con llegar el aguacero se dan prisa, corren, sacan paraguas. Quienes no tienen como cubrirse buscan refugios, algún lugar que les de asilo. Nadie se ofrece a tapar a nadie, a pesar de andar un paraguas de promoción cervecera. Sálvese quien pueda.

Los taxistas apuran su marcha entre comentarios por radio, afinan pancartas, afilan amenazas.

El acordeonista deja de ser música, se resguarda, la Manolita josefina vende su lotería entre sus plásticos y la lluvia le es impermeable. La vendedora de sombrillas hace su agosto aún en setiembre. Las calles se rasgan las vestiduras y las llenan de huecos con agua.


El Presidente ruega, el mundo le ignora.


Las diputadas posan, los diputados acosan.

Una tarde más en el trópico, se pronostican tormentas eléctricas aisladas, chubascos y fuertes vientos.

4 comentarios:

Jen® dijo...

me encanto este post. de inmediato fui la protagonista, tantas veces pienso cosas parecidas cuando voy de mi casa al trabajo y de ahi a mi casa y cruzo san jose.
muy bonito su blog :)

Adrián Solís Rojas dijo...

Qué tuanis. Me encantó

Realmente retrataste la cara de ahogado de San José, cuando llueve.

Unknown dijo...

Gracias chicos!

Julia Ardón dijo...

Estás observando a la gente. Estás poniéndole atención a la gente. Sabés más de estos personajes, que quizá ellos de sí mismos.
No son ajenos. Ya son tuyos.