
Nuevamente las rocas decidieron broncearse
pasar de lado de tantos peces y buscar soluciones a su dureza
La dureza misma inició proceso de ebullición,
se filtraba, limpiaba y derretía entre cada flor de camarón
Cada flor les abrió paso, les dijo "pase Usted"
pasaron ellas como damas elegantes paseándose en la retreta
Ubicando ojos al azar no encontraron ningún alma qué contemplar
hubo expectativa, ilusión y una enorme y posterior frustración
Qué será de ellas sin su dureza?
Adónde ponen la fortaleza?
Ya nadie las utilizará de herramienta y menos como reprimenda
Las rocas están tristes, el agua ya no las busca, las "apaga"
El sol ya no las broncea, las derrite
Y las flores tan solo les dicen "busquen alguien que las quiera"
4 comentarios:
Interesante cuento de uso y desuso!
Saludosssssssss
Quizás el sol las ablande y alguién se nutra de ternura en ellas...
A VECES ES DIFÍCIL NO SENTIRSE COMO UNA ROCA.
me gusto la fotografia e las piedritas, ademas del cuento, que me parece una catarsis algo peculiar. y ese principito?... la novela es hermosa, qué modificación le has hecho?
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