
Con esas tardes lluviosas que se han convertido en mañanas se hicieron historia los aún recientes apagones. Por más esclusas que se cierren y abran antojadizamente habrá agua hasta para inundar. Charcos y barreales....
Llora la Tierra o nos alimenta?
Y quién dice que alimentar no duela?
Cuántas veces se ve a la naturaleza acoplarse, entrar en ese tango unísono de melodía y rico en vaivén.
Los pájaros buscan refugio, se bañan, disfrutan, cantan y duermen.
Los insectos se esconden, los más grandes buscan cuevas o refugios silvestres.
En tanto nosotros, los humanos y las humanas. La raza homo sabiduría sabiduría (y así en repris) creemos seguir imponiéndonos a ella.
No más ver tanto corre y corre por calles artificiales llenas de zapatos y pobres artefactos llenos de alambre que asemejen la protección de una buena hoja.
Pero, si lo que cae es agua!
Pero el pelo, y la ropa, y el teléfono, y sino el resfrío.
Protegernos de la humedad tan mojada.
Si cuando llueve toda la naturaleza se acopla, lleva el ritmo, pasa de un son a una milonga, por qué nosotros tenemos que subirle el volumen a un "reggaeton"?
Al fin de cuentas es simple agua, la misma que ha corrido por tus mejillas y las mías, y la que refleja en espejo esa mirada triste. Aquí hubo melancolía, hay nostalgia...
El agua huele, se siente...
Evitar aguaceros no garantiza eternidad, imponerse a lo que es natural...